Habitacion de Gaspard

- Gazz..- pronuncia su nombre, buscandole un rostro.

Duerme, no la escucha.

Suspira, lo siente dormir, deja que otra vez la oscuridad la envuelva.

En plena noche se sienta en su cama, restregandose los ojos dormido.

- Paso algo? - le pregunta, al sentirlo moverse bruscamente.

- Mal sueño..- murmura algo hosco.

Suspira - Yo.. mejor me voy.. - susurra, buscando a tientas su baston.

Toma el bastón y lo pone en su mano, guiandola de la cintura hacia la puerta.

- Puedo sola.. - susurra, independiente, busca su rostro con sus manos, besa la comisura de sus labios al querer besar su mejilla.

Jadea suavemente, inundando su olfato de su aliento a menta. Se queda cerca de ella, sin soltar su cintura.

Sonre sola, esperando la suelte para marchar.

La suelta lentamente, sin querer hacerlo realmente.

- Nos volveremos a ver? - era idiota aquella pregunta, suspira.

-No lo sé..- le dice con sinceridad, sin poder mirarla si quiera.

Abraza su torso, escuchando su corazon, en silencio.

La abraza a él, con ambos brazos. La apoya en él, acariciando su cintura, se sentia extraño con ella alli. Una parte, Eiphiam le decia que la apartara, pero Gaspard queria que ella se quedara y lo cuidara como nadie lo habia hecho jamás.

- Me gustaria verte.. - susurra, abraza a el, acarciando vagamente su rostro con suavidad.

-Creeme que no te pierdes de nada..- le susurra al oido, con esa voz de terciopelo que hacia doblegar la voluntad de cualquier mujer.

- No lo creo asi.. - susurra, con sus manos en su nuca, con los ojos cerrados.

-Creeme, no soy nada interesante de ver..- insiste, con sus manos jugando lentamente en su cintura.

- Te creo.. te creo.. - sonrie a su terquedad, sin dejar de mimarlo.

Cierra los ojos, relajando apenas su expresión, sigue mimando su cintura. Nuevamente, algo se siente nacer en él, niega mentalmente, para si.

Se apoya en el, acariciandolo, siente su mano sobre su cintura, se estremece ligeramente.

Se preguntaba si la piel en su cintura seria tan suave como la de sus mejillas. Y como seria saborear sus labios. Un gemido se ahogo en su garganta, sin salir. No podia permitirse aquello pensamientos.

Sigue acariciandolo, sentandose suavemente con el en el piso, lo recuesta en su regazo, cuidandolo.