Me veras caer como un ave de presa, me veras caer, sobre terrazas desiertas..

- Mile.. yo.. - busca de repente sus labios, casi con desesperacion.

Apoya sus labios en los de él, devolviendo apenas su beso. Se abraza con fuerza a él, escondiendo su rostro en su cuello.

- yo te amo.. - termina la frase, acariciando su cabello, despacio.

Tiembla, apretando la mandibula. No quere seguir llorando, se limita a acariciarle suavemente la espalda. Quedandose con él, como siempre, a pesar de todo.

- A donde vamos mi vida? - pregunta despacio.

- A mi casa..- murmura, en el tiempo q llevaban juntos él jamás habia estado allí.

- Tengo que temer? - le pregunta por sus parientes, quedandose con ella.

Hace una mueca, aunque él no la mire.

- Solo al principio..- es sincera, sus parientes hombres eran celosos y de temer.

Traga saliva, mirandola - Crees que les agrade? - digue con sus preguntas, olvidandose de todo lo demas por un momento, solo piensa en caerles bien.

- Te amaran..- le asegura, suavemente- Solo que son algo.. celosos- suspira pesadamente, aspirando su aroma dulce.

Sonrie leve, mirandola.

La azafata anuncia que estan prontos a aterrizar, lo ayuda con su cinturon y se ajusta el de ella. Toma su mano, apoyada apenas en él.

Cierra los ojos, tomando su mano con fuerza, nunca viajo en un avion tan grande, siempre usaba la avioneta de la familia para viajar.

Como si no pesara nada, el avión aterriza. Buscan sus maletas y salen, un Toyota azul marino de vidrios polarizados los espera en la puerta del estacionamiento.

- Vamos..- toma su mano y abre la puerta del auto con completa confianza- Hola Raphael..- saluda en griego al chofer, un hermoso moreno de ojos azules.

- Tu hermano? - le pregunta, en susurro, mirandola.

- Raphael Parthenopaeus, protegido de la familia MacLaud- se presenta el moreno en un perfecto castellano.

- Así es.. aunque él sabe que es como un hermano- continua ella con una sonrisa.

Les asiente, la mira a ella.

Se queda con matt, tomando su mano, mientras habla en castellano con su amigo, para no hacerle sentir fuera de la charla, mientras mira su amada ciudad por la ventanilla.

- Nunca estuve aqui.. - murmura, mirando Grecia, sonrie.

- Es una ciudad mágica..- le susurra, el auto se detiene, delante de una mansión casi en las afueras de la ciudad, la casa matriz de la familia MacLaud.

- Guaau.. - murmura niño, admirando la mansion.

Ella parecia siempre una hippie muerta de hambre, muy contrariamente de lo que realmente era. Le sonrie, toma su mano, llevandolo al recibidor de su casa, entusiasta.

La sigue, observandolo todo.